Un silbador profesional

Buen disco el que se ha sacado de la chistera el yankee Andrew Bird. Ya me gustó su anterior largo editado en 2007 que llevaba por título Armchair Apocrypha aunque se puede decir que es a raiz de su más reciente creación cuando he conseguido empatizar con la música del de Illinois (cada vez que escucho Illinois no puedo evitar preguntarme que estará preparandonos el bueno de Sufjan Stevens).

Noble Beast, el 5º en su discografía, da la sensación de ser un disco más meditado, más estructurado y pensado que su predecesor, lo que no quiere decir necesariamente que tenga que ser mejor. Puede ser simplemente un trabajo más profesionalmente intachable, sin que eso le asegure mejores canciones. Veremos como van creciendo las canciones en el pequeño subconsciente de cada uno, pero lo que está claro es que este trabajo a primera escucha tiene una factura impecable.

Lo que podemos encontrar en sus catorce canciones es un poco de folk con una instrumentación deliciosa (sobre todo ese violín fantástico), un poquito incluso de sonidos jazz, sin dejar de lado el pop más envolvente en el que llaman la atención sobremanera los silbidos de Bird, que se autoproclama como un "silbador profesional"...




"Masterswarm"
Noble Beast (2009)
Andrew Bird