Última entrevista concedida por Ferreiro en La Voz de Galicia. No adelanta mucho sobre el nuevo album pero es interesante. Aunque sigo sin entender lo de Leiva. Debe de ser buena gente porque otra explicación no le encuentro:
El próximo 25 de marzo, el músico vigués Iván Ferreiro publicará su tercer disco en solitario, que llevará por título Mentiroso mentiroso .
-Es una especie de definición, Mentiroso mentiroso es sin la coma en el medio porque juego con la doble negación. Creo que lo que quiero decir es que si intentamos contar la verdad vamos a acabar mintiendo en algún punto, no porque pretendamos mentir sino porque realmente no existe una verdad cerrada. Supongo que existe la verdad del universo, una verdad que nos cuenta, cuando nos morimos, el ser supremo, pero luego existe la verdad de los hombres, ya sabes, la Tierra es plana hasta que de repente es redonda.
-¿No le da muchas vueltas a las cosas?
-Me como mucho el tarro. Es parte del proceso. Creo que a la hora de escribir canciones tiene mucho que ver con mi vida y con lo que me rodea.
-La única canción que conocemos del disco, «Meteoro y el señor conejo», es muy limpia, sin arreglos, ¿es una característica del disco?
-Todo el disco está relacionado, no tanto por el sonido, sino más bien por la temática: las dudas, la verdad, sobre qué creer, sobre lo que hace uno a lo largo de la vida. Meteoro es una canción mía y de Leiva, de Pereza, y la hicimos un día los dos en casa. Tenía media canción hecha y me hacía falta un poco de ayuda. La grabamos en el salón de nuestra casa y quedó tan bonita que no encontramos una manera de producirla mejor. El sonido tenía una magia especial.
-El disco «Las siete y media» daba la impresión de que representaba un momento de catarsis en su vida, ¿está de acuerdo?
-Sí, era un disco muy urgente, surgido de la necesidad de contar ciertas cosas. Hay una parte muy pajillera en el hecho de hacer canciones, porque los músicos no somos unos tíos guais, generosos con la gente, más bien somos egoístas y necesitamos contar nuestras historias. Sí que había un punto muy inmediato en Las siete y media , y lo acabamos grabando en solo tres días.
-¿Esa forma de «vomitar» le sentó bien?
-Muy bien, lo malo de las canciones es que todo lo que dices puede ser utilizado en contra tuya. Si este disco se titula Mentiroso mentiroso es porque a veces tratas de escribir la verdad y pasan dos días y me da la sensación de que es un burda mentira, porque no somos la misma persona todos los días. Hay canciones de aquel disco que entonces me hacían sentirme liberado y ahora me hacen sentirme triste, y al revés.
-En este nuevo disco, ¿de quién son las composiciones?
-La mayor parte son mías y de mi hermano Amaro; hay un par de temas con Leiva y uno de César Pop (teclista de Pereza). En este disco trabajé con mucha gente y seleccioné lo que más se acercaba a lo que yo quería.
-Formalmente, ¿esto dio variedad al disco?
-Aún no soy muy objetivo porque estoy metido totalmente y me suenan todas distintas, pero también el trabajo de las mezclas tiene que ver con homogeneizar el conjunto. Sí es cierto que trabajar con compositores sienta muy bien, Meteoro es una canción que dura 1,20 minutos y tenía casi todo hecho, pero hizo falta que apareciera un geniecillo como Leiva y me situase.
-En este aspecto ya cuenta con la experiencia del Laboratorio Ñ.
-Sí, a mí me gusta trabajar con más gente. El proceso de composición es placentero cuando estás solo y te surge todo a ti, pero es frustrante cuando surge algo y te quedas a mitad de camino. Yo tengo a mi hermano Amaro al lado para realizarle consultas, y a él le pasa lo mismo conmigo.
-¿Le sigue apasionando el mundo de la música?
-(Resopla). Supongo que sí, de todas formas mi percepción del mundo y de mí ha ido cambiando. Hay muchas partes de este mundo que ya no utilizo. En el contexto global de la música hay un montón de cosas que no me interesan para nada, pero que sí probé en el pasado. He tratado de estar en muchos sitios y experimentar cosas, no me refiero a experimentación de laboratorio sino de estar en un sitio, como ocurrió en Buenos Aires.
El próximo 25 de marzo, el músico vigués Iván Ferreiro publicará su tercer disco en solitario, que llevará por título Mentiroso mentiroso .
-Es una especie de definición, Mentiroso mentiroso es sin la coma en el medio porque juego con la doble negación. Creo que lo que quiero decir es que si intentamos contar la verdad vamos a acabar mintiendo en algún punto, no porque pretendamos mentir sino porque realmente no existe una verdad cerrada. Supongo que existe la verdad del universo, una verdad que nos cuenta, cuando nos morimos, el ser supremo, pero luego existe la verdad de los hombres, ya sabes, la Tierra es plana hasta que de repente es redonda.
-¿No le da muchas vueltas a las cosas?
-Me como mucho el tarro. Es parte del proceso. Creo que a la hora de escribir canciones tiene mucho que ver con mi vida y con lo que me rodea.
-La única canción que conocemos del disco, «Meteoro y el señor conejo», es muy limpia, sin arreglos, ¿es una característica del disco?
-Todo el disco está relacionado, no tanto por el sonido, sino más bien por la temática: las dudas, la verdad, sobre qué creer, sobre lo que hace uno a lo largo de la vida. Meteoro es una canción mía y de Leiva, de Pereza, y la hicimos un día los dos en casa. Tenía media canción hecha y me hacía falta un poco de ayuda. La grabamos en el salón de nuestra casa y quedó tan bonita que no encontramos una manera de producirla mejor. El sonido tenía una magia especial.
-El disco «Las siete y media» daba la impresión de que representaba un momento de catarsis en su vida, ¿está de acuerdo?
-Sí, era un disco muy urgente, surgido de la necesidad de contar ciertas cosas. Hay una parte muy pajillera en el hecho de hacer canciones, porque los músicos no somos unos tíos guais, generosos con la gente, más bien somos egoístas y necesitamos contar nuestras historias. Sí que había un punto muy inmediato en Las siete y media , y lo acabamos grabando en solo tres días.
-¿Esa forma de «vomitar» le sentó bien?
-Muy bien, lo malo de las canciones es que todo lo que dices puede ser utilizado en contra tuya. Si este disco se titula Mentiroso mentiroso es porque a veces tratas de escribir la verdad y pasan dos días y me da la sensación de que es un burda mentira, porque no somos la misma persona todos los días. Hay canciones de aquel disco que entonces me hacían sentirme liberado y ahora me hacen sentirme triste, y al revés.
-En este nuevo disco, ¿de quién son las composiciones?
-La mayor parte son mías y de mi hermano Amaro; hay un par de temas con Leiva y uno de César Pop (teclista de Pereza). En este disco trabajé con mucha gente y seleccioné lo que más se acercaba a lo que yo quería.
-Formalmente, ¿esto dio variedad al disco?
-Aún no soy muy objetivo porque estoy metido totalmente y me suenan todas distintas, pero también el trabajo de las mezclas tiene que ver con homogeneizar el conjunto. Sí es cierto que trabajar con compositores sienta muy bien, Meteoro es una canción que dura 1,20 minutos y tenía casi todo hecho, pero hizo falta que apareciera un geniecillo como Leiva y me situase.
-En este aspecto ya cuenta con la experiencia del Laboratorio Ñ.
-Sí, a mí me gusta trabajar con más gente. El proceso de composición es placentero cuando estás solo y te surge todo a ti, pero es frustrante cuando surge algo y te quedas a mitad de camino. Yo tengo a mi hermano Amaro al lado para realizarle consultas, y a él le pasa lo mismo conmigo.
-¿Le sigue apasionando el mundo de la música?
-(Resopla). Supongo que sí, de todas formas mi percepción del mundo y de mí ha ido cambiando. Hay muchas partes de este mundo que ya no utilizo. En el contexto global de la música hay un montón de cosas que no me interesan para nada, pero que sí probé en el pasado. He tratado de estar en muchos sitios y experimentar cosas, no me refiero a experimentación de laboratorio sino de estar en un sitio, como ocurrió en Buenos Aires.
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